Desde el instante en el que pusimos un pie en este colegio, nos invadió un sentimiento inexplicable que a día de hoy sigue haciendo que nuestros corazones palpiten como uno solo. Día a día, ser sancarlistas nos ha enseñado más que solo a ser estudiantes. Unidos detrás de estos colores hemos encontrado en estas paredes no solo una pasión para toda la vida, sino también incontables experiencias, amistades inagotables, triunfos memorables, y por encima de todo, un hogar. Este año, nuestro deber es trabajar juntos para darle al colegio la demostración de gratitud y amor definitiva: Un consejo que trabaje incansablemente en nombre de todos los estudiantes para que las tradiciones que construyeron esta comunidad sean eternas. No somos más que cuatro sancarlistas que trabajarán día y noche para darle a cada uno de ustedes el mejor tiempo de sus vidas. Unámonos todos, como hermanos, y marquemos para siempre la historia de esta institución.